El ajo crocante fortalece los huesos. Regula los niveles de azúcar. Regula el tránsito intestinal. Refuerza el sistema inmune. Además, destaca su acción antioxidante, hipolipemiante, antiaterogénica, antitrombótica, hipotensora, antimicrobiana, antifúngica, anticarcinogénica, antitumorogénica e inmunomoduladora.